En el sector editorial se utilizan varios códigos normalizados que tienen por finalidad identificar el contenido que se publica, tanto en formato impreso como digital. Estos códigos o identificadores se caracterizan por su singularidad, es decir, son únicos e irrepetibles e identifican cada producto de manera exclusiva. También son persistentes, puesto que identifican un producto de forma permanente a lo largo del tiempo.
Algunos de estos identificadores van asociados a una tipología concreta de producto, como por ejemplo el ISBN para los libros o el ISSN para las revistas, mientras que otros otorgan funcionalidades específicas en función del formato, como por ejemplo el DOI, el URI o el Handle, que sirven a la vez para identificar y para localizar en el web los productos digitales. Finalmente, existen identificadores como el depósito legal que van asociados a la obligación de depositar en un registro público un número determinado de copias impresas de cada producto editorial que se produzca en un territorio, o bien un archivo digital de la publicación, a efectos de garantizar su acceso público y su preservación.